El pepito: Hay comidas que conquistan el mundo en silencio, sin hacer ruido, pero dejando huella en cada sitio donde se instalan.

Un sándwich sencillo, con nombre de persona y un sabor que se adapta a cualquier país, pero que en Venezuela encontró su hogar definitivo.

De las calles de Madrid a las noches caraqueñas, pasando por la cuna de la Feria del Sol en Barquisimeto, hasta llegar a Miami, esta es la historia de uno de los grandes íconos del Street food venezolano.

EL ORIGEN ESPAÑOL: EL BOCADILLO DE PEPITO

Para encontrar el primer rastro del pepito, hay que viajar a España, donde este sándwich nació en los bares madrileños a principios del siglo XX.

La historia dice que un joven llamado José “Pepito” solía ir al bar de sus padres al terminar el colegio y pedía un bocadillo que normalmente venía con jamón y queso.

Un buen día, el niño harto de comer frío, pidió algo caliente, porque no quería conformarse con la merienda habitual de la época y le solucionaron el antojo rellenándole un pan con un filete de carne. 

Poco a poco, la gente empezó a pedir “lo mismo que Pepito”, y así nació el bocadillo de ternera más famoso de España.

En Madrid y otras ciudades españolas, el pepito es un bocadillo sencillo: pan crujiente y carne de res a la plancha.

Sin embargo, como toda receta viajera, este sándwich tomó caminos distintos cuando cruzó el Atlántico.

CARACAS LO REINVENTA Y BARQUISIMETO LO ADOPTA

Cuando llegó a Venezuela, el pepito dejó de ser una merienda de bar y se convirtió en una bomba de sabor.

Se fue llenando de ingredientes y creciendo en tamaño, hasta convertirse en el plato estrella de las noches caraqueñas.

Pero el gran salto lo dio en Barquisimeto, donde encontró su punto de perfección.

No sabemos exactamente quién tuvo la idea de convertirlo en una comida rápida nocturna, pero sí sabemos que las calles de la capital musical de Venezuela se llenaron de carritos de pepitos, y la competencia por hacer el mejor se volvió una tradición.

Aquí, el pepito ya no era solo pan y carne.

Empezaron a aparecer salsas, queso, tocineta, papas fritas, repollo, maíz tierno y hasta combinaciones de carnes mixtas que hacían que un simple bocadillo se convirtiera en un plato contundente.

Barquisimeto elevó el pepito a otro nivel, al punto de que muchas veces, cuando se habla de un buen pepito, se menciona su ciudad.

DE VENEZUELA A MIAMI: EL PEPITO CRUZA OTRA FRONTERA

Con la diáspora venezolana, el pepito cruzó otra frontera y llegó a Miami, donde encontró una nueva legión de fanáticos.

Aquí, se ha convertido en el plato perfecto para quienes quieren recordar las noches caraqueñas o barquisimetanas, pero también para quienes lo prueban por primera vez y quedan enganchados con su combinación de sabores.

En PANNA, sabemos que un buen pepito tiene que respetar su esencia, pero también ofrecer opciones para todos los gustos.

Por eso, nuestra carta incluye:

• Pepito de carne: el clásico de clásicos, con carne de res jugosa y bien sazonada.
• Pepito de pollo: una opción más ligera pero igual de sabrosa, con pechuga de pollo dorada a la perfección.
• Pepito de pernil: porque el pernil siempre es una buena idea, especialmente cuando se combina con el pan crujiente y las salsas.
• Pepito mixto: para los que no se deciden y quieren un poco de todo.

Cada pepito de PANNA está preparado con ingredientes frescos, carne de primera y ese toque que solo la tradición venezolana puede darle.

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El pepito ha recorrido un largo camino, desde los bares de Madrid hasta las calles de Miami, y en cada parada ha sumado más sabor y más historia.

Si alguna vez has disfrutado de un pepito en una noche de fiesta, después de un concierto o simplemente porque sí, sabes que no hay nada como ese primer bocado.

En PANNA, traemos para ti el mejor pepito venezolano, con todo el sabor y la tradición que nos hace sentir en casa.

Ya sea de carne, pollo, cerdo o mixto, aquí tienes el pepito perfecto esperándote.

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