En Maracaibo, la comida no se come: se celebra.
Aunque el patacón y la mandoca son emblemas nacionales, hay un mundo culinario más allá de los clásicos.
Un universo de recetas tan intensas como el sol marabino, que se conservan gracias a la memoria familiar, al fogón encendido de las abuelas y al cariño que los zulianos ponen en cada plato.
Hoy, desde PANNA, nos damos el gusto de recorrer esa mesa maracucha que va más allá del fast food criollo, para rescatar esos sabores entrañables que forman parte del alma gastronómica del occidente venezolano.
COCINA CON IDENTIDAD PROPIA
La cocina zuliana es una de las más potentes y características del país.
No solo por su sazón intensa, sino por el uso de ingredientes locales como el plátano, el papelón, la panela de coco, el ají dulce criollo, el pescado de río o de lago, y una variedad de frutos tropicales.
A diferencia de otras regiones de Venezuela, aquí los sabores son atrevidos, dulces y salados se combinan sin pudor y el amor por lo frito se lleva con orgullo.
Es una cocina con carácter, donde el calor no espanta a nadie de una buena sopa y donde los dulces no piden permiso para ser empalagosos.
MOJITO EN COCO: LA SOPA QUE ABRAZA MARACAIBO
Uno de los platos más queridos del Zulia y menos conocidos fuera de él es el mojito en coco.
No se trata de un cóctel, sino de una sopa espesa de pescado con leche de coco, plátano verde, yuca, ají dulce y cebolla.
El nombre puede despistar, pero una sola cucharada basta para entender que es un plato reconfortante, nacido para levantar a cualquiera del letargo.
Se sirve caliente, espeso, aromático, y en muchos hogares se considera una receta revitalizante, casi medicinal.
Su preparación requiere tiempo y paciencia, pero el resultado es una experiencia sensorial que mezcla mar, tierra y dulzura.

CEPILLAO CON LECHE CONDENSADA: EL HELADO DE LA INFANCIA
Antes de que los helados comerciales dominaran los kioscos, los niños maracuchos crecían con el cepillao, raspado o granizado de hielo con sirope casero, casi siempre de papelón, tamarindo o fresa.
Pero en el Zulia, por supuesto, la cosa no se queda ahí… a alguien se le ocurrió agregarle un chorrito de leche condensada y cambiar la historia.
La leche condensada se funde con el sirope, crea una textura cremosa y un sabor que conquista incluso al más escéptico.
Hoy, este clásico sigue vendiéndose en carritos en plazas, escuelas y esquinas populares, pero es cada vez más difícil encontrar un cepillao como los de antes.
Quizás por eso, cada vez que alguien lo prueba de nuevo, la memoria lo lleva directo a la infancia.
ARROZ CON LECHE Y PAPELÓN: DULZURA CON HERENCIA
En muchas regiones de Venezuela hay arroz con leche.
Pero el del Zulia tiene un sello especial: se prepara con papelón y, en ocasiones, con clavos de olor, anís estrellado o hasta con una pizca de coco rallado.
Es un postre sencillo, pero con personalidad: Oscuro por el papelón, denso y perfumado.
El resultado es una delicia que habla de cocina de hogar, de sobremesas largas y de amor concentrado en una ollita de aluminio. No es solo comida: es legado.
RECETAS DE MARACAIBO QUE PERSISTEN, AUNQUE MENOS VISIBLES
Muchos de estos sabores están en peligro de desaparecer.
Con la migración, el relevo generacional y la invasión de las comidas rápidas y globales, el recetario tradicional marabino ha quedado en segundo plano.
Pero en algunos hogares, sobre todo fuera del país, estas recetas se han convertido en una forma de resistencia emocional.
Cocinar un mojito en coco en una cocina en Madrid, servir un cepillao improvisado en Santiago o preparar arroz con leche y papelón en un apartamento en Miami no es solo cocinar: es recuperar un pedacito del hogar.
COCINEROS QUE LUCHAN POR SU SABOR
Voces como la de Mercedes Oropeza, chef y promotora de la cocina venezolana, han mencionado en entrevistas cómo el recetario del Zulia es una fuente inagotable de identidad gastronómica.
Por su parte, cocineros como Luis Viloria, del proyecto Fogón Zuliano, han recopilado recetas y datos históricos de estos platos, promoviendo talleres y encuentros para que no se pierdan.
También publicaciones como la Revista Bienmesabe, y trabajos académicos del Centro de Estudios Gastronómicos de la UCAB, han abordado la cocina zuliana como una de las más complejas del país, gracias a su herencia indígena, africana y europea.
¿CÓMO RESCATAMOS ESTOS SABORES?
Cocinándolos, hablándolos, enseñándolos.
No hace falta ser chef para hervir coco y preparar un mojito, o para servir un vaso de hielo raspado con sirope casero.
Basta con tener curiosidad, memoria y ganas de mantener vivo lo que nos hace únicos.
Quizás no todos podamos ir a Maracaibo, pero cada uno puede tener un trocito del Zulia en su mesa.
EL SABOR DE MARACAIBO O, MEJOR DICHO, DEL ZULIA TAMBIÉN SE VIVE EN PANNA
En PANNA celebramos la diversidad de la gastronomía venezolana.
Sabemos que detrás de cada receta hay una historia, una abuela, un recuerdo y una tradición.
Por eso seguimos ampliando nuestro menú para que los sabores de nuestra tierra sigan vivos, sin importar en qué parte del mundo estemos.
Acércate y descubre cómo un plato puede tener la capacidad de hacerte viajar en el tiempo, de abrazarte y de recordarte que no importa cuán lejos estemos: el sabor siempre nos encuentra.