5 ingredientes latinos

5 ingredientes latinos (que se ganaron un lugar en la despensa global)

Desde los Andes hasta el Caribe, la cocina latinoamericana ha sido una fuente inagotable de sabores latinos, texturas y combinaciones únicas.

Lo que por siglos fue parte del menú diario de nuestras abuelas, hoy se encuentra en restaurantes de lujo en Nueva York, mercados en París y programas de cocina en Japón.

Pero, ¿cómo llegaron esos ingredientes hasta allá? ¿Qué tienen de especial que conquistaron paladares y cocinas en todo el mundo?

Hoy queremos celebrar a cinco ingredientes que salieron de nuestras tierras y se volvieron estrellas globales.

Cada uno tiene una historia que contar, una función que cumplir y un sabor que no se olvida.

EL PLÁTANO: EL DORADO TROPICAL

En muchos países aún lo confunden con la banana, pero en nuestras cocinas el plátano tiene un nombre propio y una función irremplazable.

Frito en tajadas dulces o convertido en patacones, acompaña desde pabellones criollos hasta carnes a la brasa.

En Venezuela, Colombia y Centroamérica, es parte del día a día.

Pero su versatilidad lo ha hecho saltar fronteras: en África se fríe como chips; en Estados Unidos se encuentra en supermercados latinos y ya hay chefs que lo usan para hacer gnocchis o croquetas.

Es sabroso, saciante, lleno de potasio y, para muchos, el sabor de casa.

EL AJÍ DULCE: EL SECRETO MEJOR GUARDADO

Para quienes no han crecido con él, el ají dulce es un enigma.

Parece un pimentón miniatura, pero no pica.

Tiene un aroma que te transporta al sofrito de la abuela y es el alma de muchos guisos criollos.

En Venezuela, es la base del adobo para hallacas, para el asado negro y para todo buen guiso.

Su sabor es tan particular que muchos migrantes lo echan de menos más que cualquier otra cosa.

Aunque aún cuesta conseguirlo fuera del país, ya hay huertos urbanos en España y EEUU que lo cultivan especialmente para comunidades venezolanas y caribeñas.

Un pedacito de identidad en forma de ají.

EL PAPELÓN: DULZURA CON PERSONALIDAD

Conocido en otros lugares como panela o piloncillo, el papelón es azúcar de caña sin refinar, compactada en bloques o ruedas.

Más allá de ser un endulzante natural, tiene una personalidad arrolladora.

Su sabor profundo, con notas a caramelo y melaza, le da un toque especial a bebidas como el papelón con limón, a salsas para carnes y hasta a postres como el bienmesabe.

Hoy se considera un superalimento por su contenido de minerales como calcio, hierro y magnesio, y chefs de alta cocina lo han incorporado en reducciones, marinados y postres vanguardistas.

En PANNA, por cierto, es parte esencial de más de una receta secreta.

LA YUCA: EL ALMIDÓN DE LOS MIL USOS

Frita, sancochada, en bollitos, en tortas o en forma de harina: la yuca (o mandioca) es uno de los ingredientes más versátiles de América Latina.

En Venezuela, es inseparable de las hallacas navideñas, el hervido de gallina y los sancochos.

En Brasil, es el corazón de la farofa.

En África, la transforman en fufú.

Y en Europa, su harina sin gluten ha ganado terreno entre los celíacos y panaderos experimentales.

Además, de la yuca se derivan productos como el almidón dulce o agrio, usado para panes como el pandebono o el pan de yuca.

En PANNA, tenemos bocaditos de yuca y yuca con queso que son una delicia sin comparación. Es uno de esos sabores que no necesitan presentación.

EL CILANTRO: LA HIERBA DIVISIVA QUE CONQUISTÓ EL MUNDO

Sí, sabemos que el cilantro divide opiniones.

Algunos lo adoran, otros sienten que sabe a jabón (culpa de un gen, no del cilantro).

Pero quienes lo amamos sabemos que no hay guasacaca, asado negro o sopa que tenga vida sin él.

Originario del sur de Europa, el cilantro fue adoptado con devoción por las cocinas latinoamericanas.

En México lo usan para el guacamole, en Colombia para la sopa de mondongo, en Venezuela para el hervido y para toda buena salsa criolla.

Hoy, es parte esencial de muchas cocinas asiáticas y de alta cocina global. Su frescura y carácter lo han vuelto indispensable.

UN PATRIMONIO QUE SE COMPARTE CON ORGULLO

Lo maravilloso de estos ingredientes no es solo su sabor, sino lo que representan.

Son parte del patrimonio cultural de nuestros pueblos, productos que se cultivan con esfuerzo y se cocinan con cariño.

Que hoy estén presentes en cocinas tan distintas a las nuestras no significa que se hayan perdido: significa que han crecido.

Y eso nos enorgullece.

Porque hablar de ingredientes latinos es hablar de identidad, de migración, de memoria… de cómo, a través de la comida, seguimos contando quiénes somos.

¿Te quedaste con antojo?

Ven a PANNA y prueba platos hechos con estos ingredientes que nos definen.

Descubre por qué en cada mordisco hay una historia, una raíz… y mucho sabor latinoamericano.

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