Hoy vamos a sumergirnos en el fascinante mundo de las empanadas argentinas, esas deliciosas masas rellenas que nos conquistan con cada bocado.
Pero, en esta ocasión, nos centraremos en un detalle que, aunque pequeño, es fundamental: el repulgue.
Esa técnica de sellado que no solo mantiene el relleno en su lugar, sino que también le da identidad y carácter a cada empanada.
Así que, prepárate para descubrir los secretos detrás de cada pliegue y cómo en PANNA honramos esta tradición con nuestras propias empanadas.
EL ARTE DEL REPULGUE: MUCHO MÁS QUE UN SIMPLE CIERRE
El repulgue es el método utilizado para cerrar y sellar las empanadas, formando una serie de pliegues en el borde de la masa, pero más allá de su función práctica de mantener el relleno en su lugar durante la cocción, el repulgue es una expresión de creatividad y tradición.
Cada diseño puede indicar el tipo de relleno y, en muchas ocasiones, refleja la región o incluso la familia de origen de la empanada.
ORÍGENES DEL REPULGUE: DE LAS MINAS INGLESAS A LAS COCINAS ARGENTINAS
Aunque el repulgue es una técnica ampliamente asociada con las empanadas argentinas, sus raíces se extienden a diversas culturas.
Por ejemplo, en Inglaterra, durante los siglos XVII y XVIII, los mineros de Cornwall llevaban al trabajo las “Cornish pasty”, unas empanadas con un repulgue grueso que servía como asa.
De esta manera, podían sostenerlas con manos sucias y luego desechar esa parte, evitando ingerir sustancias tóxicas como el arsénico.
Este ingenioso método garantizaba una comida segura en condiciones laborales precarias.
VARIEDAD DE REPULGUES: UNA TRADICIÓN REGIONAL Y FAMILIAR
En Argentina, el repulgue es una verdadera obra de arte que varía según la región y el tipo de relleno.
Aunque no existe una regla universal, algunas tradiciones sugieren un número específico de pliegues.
Por ejemplo, en Tucumán, se considera que la empanada perfecta debe tener 13 repulgues, una práctica que muchos atribuyen a creencias de buena suerte y a la garantía de que la empanada no se abrirá durante la cocción.
Además del número de pliegues, el diseño del repulgue puede indicar el tipo de relleno:
- Carne vacuna: Suele llevar un repulgue trenzado o en forma de trenza, que le da un toque distintivo y elegante.
- Pollo: Se identifica con pliegues grandes y continuos, generalmente realizados en la parte superior de la empanada.
- Jamón y queso: Generalmente presenta un repulgue realizado con un tenedor, creando una serie de marcas uniformes y fáciles de reconocer.
Estos patrones no solo embellecen la empanada, sino que también facilitan su identificación, especialmente cuando se sirven múltiples variedades en una misma ocasión.
TIPOS DE REPULGUES: CREATIVIDAD EN CADA PLIEGUE
La técnica del repulgue trasciende la cocina y se adentra en la cultura y la identidad argentina.
A continuación, te presentamos algunos de los repulgues más comunes y cómo realizarlos:
- Repulgue clásico (empanadas de carne): Este es el más conocido y consiste en realizar pliegues pequeños y uniformes a lo largo del borde de la empanada, girando la masa con cada pliegue para asegurar un cierre perfecto.
- Repulgue con pellizcos (empanadas de pollo): Después de unir las partes de la masa, se aplastan cada pocos centímetros con los dedos, creando un diseño sencillo pero efectivo.
- Repulgue tipo agnolotis (empanadas de jamón y queso): Similar al repulgue clásico, pero con pliegues más amplios y menos numerosos, dando un aspecto más robusto a la empanada.
- Repulgue con tenedor (empanadas de verdura): Se realiza presionando los bordes de la masa con los dientes de un tenedor, creando una serie de marcas uniformes y asegurando un buen sellado.
- Repulgue tipo fatay (empanadas árabes): Se cierra la empanada en forma triangular, dejando un pequeño orificio en el centro para que se ventile durante la cocción.
- Repulgue a elección: Aquí es donde la creatividad del cocinero entra en juego, permitiendo diseños personalizados que pueden convertirse en la firma de cada familia o región.
Estos son solo algunos ejemplos de la diversidad y riqueza cultural que se expresa a través del repulgue.
Cada pliegue cuenta una historia y refleja la pasión puesta en la elaboración de cada empanada.
EL REPULGUE COMO SÍMBOLO DE IDENTIDAD Y TRADICIÓN
El repulgue no es solo una técnica de cocina, es una tradición que atraviesa generaciones, regiones y familias.
Cada pliegue cuenta una historia, desde los mineros ingleses que lo usaban para evitar la contaminación de su comida, hasta las cocineras argentinas que lo convirtieron en un sello de identidad para cada tipo de empanada.
En Argentina, hacer un buen repulgue es casi un rito de iniciación culinario, y en cada hogar hay alguien que se enorgullece de tener “el mejor repulgue de la familia”.
Es un arte que combina destreza, paciencia y creatividad, además de ser un detalle que marca la diferencia entre una empanada bien hecha y una que puede perder su valioso relleno en el horno o en la fritura.
En PANNA, sabemos que el repulgue es más que un simple borde: es el toque final que garantiza una empanada perfecta, con todo su sabor bien resguardado.
Por eso, nuestras empanadas están hechas con la misma pasión y cuidado que las tradicionales, para que cada mordisco te transporte directamente a Argentina.
¿Te antojaste? No tienes que viajar tan lejos para disfrutar de una empanada auténtica.
Ven a PANNA, donde cada empanada es un homenaje a esta tradición y donde el repulgue es sinónimo de calidad y sabor.
O si prefieres disfrutar desde casa, haz tu pedido online y lleva la esencia de la gastronomía argentina a tu mesa.
¡Te esperamos con los mejores sabores y el mejor repulgue!