Las fuentes de soda de antaño no eran restaurantes, pero ofrecían comidas deliciosas; no eran cafeterías, pero el café era una de sus especialidades; no eran areperas, aunque también vendían arepas; no eran hamburgueserías, pero podías disfrutar de una rica hamburguesa y no eran heladerías, aunque tenían una gran oferta de helados y merengadas… en resumen, eran lugares versátiles, donde la comida era más un medio para disfrutar de un momento agradable que un fin en sí mismo.
Las fuentes de soda eran espacios para saciar el hambre o cumplir un antojo y su identidad única radicaba en la diversidad de su oferta y en su capacidad para adaptarse a las necesidades de sus clientes.
La calidad y la variedad de sus productos, servidos en un ambiente relajado y familiar, las convertían en lugares acogedores y queridos por todos. Podías visitarlas a cualquier hora del día y encontrar algo que te gustara.
Desde un desayuno rápido hasta una merienda por la tarde, pasando por un almuerzo ligero o una cena improvisada, eran el lugar perfecto para cualquier ocasión y su menú variado y flexible las hacía ideales para encuentros de amigos, reuniones familiares o para disfrutar de un momento de tranquilidad en solitario.
UN VIAJE RETRO
Aprovechando la moda de lo retro y lo vintage, hagamos un recorrido por la historia y el encanto de estos establecimientos que fueron puntos de encuentro para generaciones de venezolanos.
Pero comencemos por el origen, porque todavía en los años 40, las fuentes de soda al estilo estadounidense eran prácticamente inexistentes en Caracas.
Las opciones disponibles eran más bien cafeterías y casas de té de inspiración europea, como La Suiza, La Indiecita y el Pan Pan, que también fueron inmortalizadas en los cantos del maestro Billo Frómeta.
Pero todo cambió con la llegada del Picadilly a finales de los 40.
Situado en El Conde, este fue el primer drive-in de la capital, siguiendo el estilo clásico americano con merengadas, malteadas, helados y sándwiches que rápidamente se convirtieron en favoritos.
LAS FUENTES DE SODA CADA Y EL ESTILO AMERICANO
A finales de los años 50, las fuentes de soda CADA irrumpieron con fuerza en Caracas, trayendo consigo un aire fresco y moderno que revolucionó la manera de comer y socializar en la ciudad.
Estos supermercados, vinculados con la famosa familia Rockefeller, replicaron fielmente el concepto del American Diner tanto en su arquitectura como en su oferta gastronómica.
Este movimiento formaba parte de una estrategia más amplia de modernización y desarrollo que buscaba transformar a Venezuela en un aliado confiable de Estados Unidos, promoviendo una clase media sólida y un ambiente de estabilidad política y económica.
De esta forma, las fuentes de soda de los supermercados CADA rápidamente se convirtieron en el lugar ideal para disfrutar de desayunos copiosos, sándwiches fríos y calientes, y platos fuertes como el churrasco y el pollo en canasta… era para muchos, la salida familiar de los domingos.
Entre los platos más recordados se encuentran los sándwiches de pavo con gravy, los bistecs picados y las sopas enlatadas Campbell’s, así como las merengadas, malteadas, helados y pies tradicionales, que añadían el toque dulce perfecto a estos menús, ofreciendo a los caraqueños una experiencia culinaria completa que mezclaba la cultura estadounidense con la calidez venezolana.
Porque las fuentes de soda CADA no solo ofrecían comida, sino también un espacio de encuentro y socialización que reflejaba el estilo de vida americano.
Los locales, con su distintiva decoración en porcelana blanca, evocaban limpieza y modernidad, convirtiéndose en un símbolo de la nueva Caracas que emergía en esa época.
La llegada de CADA marcó el inicio de una era en la que los supermercados y sus fuentes de soda se integraron profundamente en la vida cotidiana de los venezolanos, ofreciendo no solo productos, sino también un lugar donde la comunidad podía reunirse y disfrutar
LE DRUGSTORES: PUNTO DE ENCUENTRO EN CHACAITO
Durante los años 60 y 70, Caracas vivió una explosión de popularidad de los drive-ins y fuentes de soda, especialmente en el este de la ciudad.
Lugares como El Faro, Tacos y El Tolón se convirtieron en epicentros de reunión para la juventud caraqueña, ofreciendo comida, música en vivo y un ambiente vibrante.
Sin embargo, uno de los grandes protagonistas de esta época fue Le Drugstore, ubicado en el Centro Comercial Chacaíto.
Inaugurado el 14 de diciembre de 1970, este lugar se convirtió rápidamente en un ícono de la juventud y la moda de la época.
Le Drugstore introdujo a Caracas los sándwiches deli, numerados y con combinaciones creativas de ingredientes que capturaban la imaginación de sus comensales.
Los nombres de los sándwiches, como el “Renny” (en honor al animador Renny Ottolina) y “Miss Venezuela”, añadían un toque de glamour y modernidad; además de los sándwiches, los perros calientes gigantes y las jarras de cerveza se convirtieron en un espectáculo, atrayendo a clientes curiosos y hambrientos.
Este local no se limitaba a la comida rápida; ofrecía una experiencia completa con helados pantagruélicos, como la famosa “Ponchera para dos”, y una amplia selección de cocteles tradicionales, cada uno a un precio accesible de Bs. 7.
La variedad y la calidad de la oferta gastronómica, que incluía ingredientes importados y de primera calidad, distinguían a Le Drugstore de otros establecimientos similares.
Pero Le Drugstore no solo destacaba por su comida, sino también por su influencia en la cultura y la moda de la época.
Las mini tiendas dentro del local ofrecían productos vanguardistas, desde franelas fosforescentes personalizadas hasta discos del hit parade recién salidos al mercado internacional. Monitores de televisión y diapositivas proyectaban imágenes icónicas en las paredes, creando un ambiente lleno de vida y dinamismo.
La famosa sección de lingotes de chocolate, donde los clientes podían ver cómo se partían trozos de chocolate, añadía un toque de espectáculo al lugar.
El ambiente cosmopolita y vanguardista de Le Drugstore atraía a jóvenes de todas las clases sociales, convirtiéndose en un símbolo de la juventud caraqueña que quería estar a la altura de las grandes capitales del mundo.
El local se transformó en un punto de encuentro donde la moda, la música y la gastronomía se mezclaban, para ofrecer una experiencia única y memorable.
EL TOLÓN: DE PARQUE A FUENTE DE SODA
La Fuente de Soda El Tolón, ubicada en la urbanización Las Mercedes, Caracas, se inauguró en 1967 y rápidamente se convirtió en un punto de referencia para la vida social caraqueña.
Originalmente concebida como un espacio triangular entre la Avenida Principal y las calles Nueva York y La Trinidad, El Tolón no solo ofrecía una amplia gama de comidas y bebidas al estilo americano, sino que también proporcionaba un lugar de encuentro y diversión para la juventud de la época.
El Tolón era famoso por su ambiente vibrante y acogedor, atrayendo a jóvenes y familias que buscaban disfrutar de sus deliciosas opciones gastronómicas.
Ofrecía una experiencia completa que incluía desde sándwiches y hamburguesas hasta malteadas y helados, todos preparados siguiendo la tradición de los diners americanos.
Además, su ubicación en Las Mercedes, una zona en auge durante los años 60 y 70, contribuyó a su popularidad, convirtiéndolo en un centro neurálgico de la vida social en Caracas.
EL LEÓN, UN SUPERVIVIENTE EN LA CASTELLANA
En la urbanización La Castellana, en Caracas, aún se encuentra El León, una fuente de soda que ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo un punto de referencia para los caraqueños.
Fundada en 1978, El León fue adquirida por un grupo de cuatro socios, incluyendo al padre de Johnny De Sousa, actual gerente del lugar. Desde entonces, ha sido un lugar emblemático gracias a su amplia terraza y su ambiente relajado, ideal para disfrutar de una cerveza fría y buena compañía.
En sus primeros años, era frecuentado por artistas y deportistas, quienes encontraban en su terraza al aire libre el lugar perfecto para relajarse y a pesar de la competencia y los cambios en el panorama gastronómico de Caracas, El León ha sabido mantener su encanto y sigue siendo un lugar popular para disfrutar de una noche con amigos.
UN LEGADO QUE PERDURA EN EL RECUERDO
A pesar de la llegada de las cadenas internacionales de fast food en los años 70 y 80, otros locales dejaron una huella imborrable en la memoria de los caraqueños.
Por ejemplo, estaba el Cubanito, famoso por sus pepitos y por las hamburguesas fritas, pequeñas pero llenas de sabor, que eran el plato estrella.
En el Paraíso aún se mantiene Taxco, con su especialidad en hamburguesas… donde antiguamente te recibía un señor con marcado acento portugués, que apenas te saludaba con un: “con o sin” (cebolla).
En la California Norte estaba La Tapera, una fuente de Soda que los domingos se llenaba de “desayunadores” y “selladores” del 5 y 6; un lugar donde preparaban un Ice Cream Soda de limón tan sabroso, que algunos se acercaban desde otras partes de Caracas, sólo a probarlo.
Y aunque para los más jóvenes esto sea una exótica rareza, las fuentes de soda de las clínicas, eran lugares donde se podía comer los mejores club sándwich de la ciudad y completarlo con un banana Split, sin culpa alguna.
¿Qué si había quien iba a comer a las clínicas, aunque no se le hubiese perdido nada en una consulta o visitando algún paciente? ¡Un montón!
¡Así de buena era su comida!
SABORES PARA LA NOSTALGIA
Las fuentes de soda fueron una parte entrañable del paisaje urbano caraqueño, ofreciendo más que comida, un lugar de encuentro, risas y recuerdos.
Estos establecimientos no eran sólo sitios para comer; eran un refugio donde la gente podía disfrutar de una variedad de platos y bebidas en un ambiente relajado y acogedor.
Con el tiempo, muchas de estas icónicas fuentes de soda han desaparecido, dejando una estela de nostalgia en los corazones de quienes las frecuentaron; desde los sándwiches y hamburguesas hasta las malteadas y helados, cada visita era una experiencia única que combinaba sencillez y camaradería.
Las fuentes de soda, más que negocios, eran parte de una identidad caraqueña, que reflejaba la diversidad y la calidez de su gente.
Pero no todo está perdido…
Si vives en Florida, USA, y sientes nostalgia por la deliciosa comida venezolana, en espacios donde todo es más simple y los momentos compartidos son invaluables, Panna New Food Latino es el lugar ideal para satisfacer esos antojos.
Te ofrecemos un recorrido por la gastronomía venezolana con nuestras ricas cachapas, arepas, tequeños, hamburguesas, ensaladas, pabellón, postres, etc.
Ven y disfruta de un pedacito de Venezuela en cada bocado.
¡Te esperamos en Panna New Food Latino para que vuelvas a sentir el sabor y el maravilloso ambiente que extrañas de tu tierra!