La cocina venezolana, reconocida por su vibrante sabor y rica tradición, tiene un ingrediente fundamental que la hace única: El amor y la sazón de las madres venezolanas.
Desde las arepas calienticas y rellenas, hasta el suculento pabellón criollo, cada plato lleva consigo la impronta de esas mujeres que, con dedicación y pasión, han transmitido sus secretos de cocina, de generación en generación.
Por ello y, en ocasión del Día de las Madres, que se celebrará este domingo 12 de mayo, Panna desea, con estas líneas, rendir homenaje a esas mujeres excepcionales que han sabido mantener y compartir la esencia de la gastronomía venezolana.
Un legado que no solo ha marcado su lugar de origen, sino también cada rincón del mundo al que han emigrado.
MADRES GUARDIANAS DE LA SAZÓN VENEZOLANA
Las madres venezolanas han sido las guardianas de la tradición culinaria del país, transmitiendo casi siempre de forma oral, sus recetas y técnicas de cocina.
Porque es en el seno familiar donde se aprenden los secretos para preparar las arepas perfectas, el sancocho más sabroso o el dulce de lechosa más irresistible.
También es en la casa donde se descubre cómo hacer para que el quesillo tenga huequitos, donde se asimila la magia del ají dulce en un guiso o donde nos enseñan que no hay nada mejor para la resaca, que un caldito de papas con huevo.
Quizás por eso, escuchar a un venezolano decir “la de mi mamá es la mejor”, aplicado a cuanta receta probamos fuera del hogar, es una convicción donde no tiene cabida la duda, la discusión o la revisión.
Cuando de comida se trata, hemos anulado la capacidad de discernimiento de nuestras papilas gustativas y vamos por la vida intentando convencer a todo el mundo que cualquier guiso alcanza su máxima excelencia, cuando es cocinado por nuestra madre.
Esta máxima se aplica a una amplia variedad de platos:
Arepas, empanadas, sancocho, pabellón, pasticho, pastelitos, pizca, asado negro, etc., aunque la certeza se duplica si de lo que hablamos es de la hallaca… una receta capaz de despertar intensas emociones en nuestro organismo y en nuestros sentidos.
Y es que lo que refuerza nuestra certeza, con respecto a la supremacía de nuestras madres frente a un fogón, son los aromas de nuestra memoria, es la carga emocional de cada bocado y es la nostalgia que anida en nuestro paladar.
LA INFLUENCIA DE LA MADRE VENEZOLANA EN LA GASTRONOMÍA ACTUAL
Las madres venezolanas juegan un papel fundamental en el florecimiento de la gastronomía venezolana en todo el mundo.
Su dedicación y conocimiento culinario son esenciales, por ejemplo, para la formación de los grandes chefs que llevan los sabores de Venezuela a los rincones más remotos y variopintos del planeta.
Estos con frecuencia mencionan a sus madres como la fuente de su talento culinario y pasión por la cocina, pues los platos que ellas preparaban en casa, representan amor, seguridad y momentos felices de la infancia.
Desde temprana edad, los chefs venezolanos observan a sus madres cocinar, absorbiendo los aromas, sabores y texturas de la cocina tradicional y con esta experiencia sensorial temprana, se despierta el interés por la gastronomía y se sientan las bases para el desarrollo culinario, de quienes se han dedicado a la profesión.
En cuanto al impacto en el ámbito culinario familiar, hay una tríada indisoluble que da respuesta a ello: Diáspora – Añoranza – Madre.
Porque en este aprender a vivir lejos del terruño, un bálsamo para la melancolía, es esa llamada donde una madre nos comparte su secreto para que el guiso nos quede igual de sabroso.
Porque en este agarrarnos a lo que somos, sin soltar lo que fuimos, las madres memorizan frases, costumbres y recetas, para legarlas a esos hijos que crecen entre nuevos gustos y sensaciones.
Porque las madres venezolanas, estén allá o estén aquí, se han transformado en autoras de un archivo infinito de aromas y sabores, al que podemos recurrir cuando la añoranza nos pellizca el alma y el estómago…
Y gracias a todo eso, curamos la nostalgia a punta de tequeños, empanadas y arepas con relleno extranjero, pero con sabor a hogar.
CELEBRAR A LAS MADRES A TRAVÉS DE LA COMIDA
La influencia de las madres en el desarrollo culinario venezolano es profunda y significativa, por eso en Panna afirmamos y nos hacemos eco de esa frase que, aunque manida, no deja de ser una verdad absoluta:
“Todos los días son día de la madre”
Para celebrarlas, sea este domingo o cualquier otro de los 365 días que tiene el año, que mejor que compartiendo con ellas un delicioso plato de comida casera… ¡pero no uno preparado por ella!
Mucho mejor será traerlas a que saboreen la rica tradición culinaria que les ofrece Panna, como forma de rendirles un merecido homenaje a esas mujeres excepcionales que han sabido preservar y difundir el sabor de su tierra.
Porque ellas no solo nos han transmitido conocimientos, trucos y técnicas, sino que también nos han inculcado pasión por la buena comida, aprecio por la tradición y un compromiso inalterable con nuestros orígenes.
Desde Panna y, para cada una de las madres, todo nuestro amor y agradecimiento
¡Feliz Día de las Madres!